Tenemos, ello es cierto, naciones corrompidas,
A los antiguos pueblos de ignorado esplendor:
Los rostros devorados por las llagas cordiales
Y algo que llamaríamos desmayadas bellezas;
BAUDELAIRE
En este mes de Julio comenzamos a inscribir un
afligido inventario de siniestras flores
del mal:
Elecciones que se presentan más seguras como amenaza
que como promesa (el mal se remoza.)
El pasado aciago quiere reciclarse (habemus Cesar
Milani).
Cae un Diablo rojo, y un Diablo amarillo conspira en
los desagües (¿habemus Macri power?).Las vacas muertas de la Presidenta quieren
multiplicarse con la mortal ayuda del
Freaking y las multinacionales nos hacen fucking (póngase las pilas con
el medio ambiente, presi. Basta ya de capitalismo irresponsable).
Y acá en La
Rioja chayera, se sigue chayando con los votos cautivos.
De las ideas que tienen los pueblos sobre su destino
y de las ideas que tienen los gobernantes de sus ambiciones podríamos sacar
valiosas enseñanzas, si no fuesen estos tan hábiles en el arte de tejer
trampas, ni aquellos tan predispuestos a la esperanza devaluada.
En el último tamo del presente mes de Julio han
florecido, a la vera de las acequias flores con pétalos de carámbanos,
cristales tardíos de este invierno retrasado por el sobre calentamiento global. Empero estas álgidas
flores pueden ser nada más que una tregua del enloquecido verano postmoderno.
Sentada en la vereda de la escuela primaria, una
niña costeña explora su pequeña computadora Laptop buscando algo indefinido,
acaso los hilos con que se tejerá su futuro. Mientras aparta un importuno
mechón que cae sobre sus ojos, su inocente continente se aferra tenazmente a
ese atisbo de esperanza.
Son ella y su inocencia, las flores más bellas de
este Julio del 2013.
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