Radio
voces - El Domingo 23 de febrero de 1972 el entonces Obispo de La
Rioja, Enrique Angelelli pronuncio una homilía en la Iglesia Catedral, durante
una misa a la que asistieron los candidatos a presidente y vice-presidente de
la Nación por el Frete Justicialista de Liberación (FEJULI), Hérctor Cámpora y
Vicente Solano Lima.
¿POR QUÉ HABLAMOS?
Porque como argentino nos sentimos
solidarios, protagonistas y comprometidos en esta hora histórica y difícil de
la patria. Nos sentimos responsables y solidarios de la esperanza y de la
angustia de nuestro pueblo, que son también nuestras esperanzas, angustias y
sufrimientos.
Porque como riojanos y cristianos
nos duele todo lo que encierra nuestra tierra y a la vez no claudicamos, porque
nos compromete más la esperanza en las posibilidades concretas en las que
vivimos.
Tenemos una tradición y una
historia rica en mensaje para el futuro. Tenemos nuestra identidad como pueblo
que se realimentan y rejuvenecen en el Evangelio y que cada año tenemos la
capacidad de gritarlo y anunciarlo en la caja del Inca cuando realizamos
"El Encuentro", porque vive hecho pueblo, que busca liberación en ese
evangelio que es signo de vida.
Porque como servidores de este
pueblo, en nuestra condición de pastores de esta iglesia, cada día se ahondan
mas nuestro compromiso irrenunciable e intransferible en la misión que debemos
cumplir.
Porque nos alegramos de la hora en
la que vivimos y a la que nuestro Padre Dios nos convoca para que ayudemos a
construir una Rioja nueva, según su proyecto, traducido en la Biblia y resumida
en la persona de Cristo.
Porque lo que queremos entregarle
hoy a nuestra comunidad es el futuro de la observación, de la reflexión, de
"ponerle el oído" a nuestro pueblo. Es el futuro de asumir, como
Presbiterio Riojano, obispo y sacerdotes, la responsabilidad de ayudar a discernir
este acontecimiento de las "elecciones". Por eso estamos urgidos a
halar; quizás no alague a todos los oídos, y no es esta la finalidad. Es
arrojar la luz del Evangelio en este surco que se abre en las próximas
elecciones.
Porque dice Pablo VI:"...incumbe
a las comunidades cristianas discernir con la ayuda del Espíritu Santo, en
comunión con los Obispo responsables de las mismas, en dialogo con los demás
cristianos y con todos los hombres de buena voluntad, las opciones y los
compromisos que conviene asumir para realizar las transformaciones sociales,
políticas y económicas que se consideren de urgente necesidad..." (Pablo
VI: Octubre. Adv. N° 4)
QUE ENTENDEMOS POR VOTAR
Votar no consiste solamente en
depositar una "papeleta" en una urna para un determinado partido.
Votar no significa cumplir un deber
cívico para evitar la infracción a la ley. Votar no es tratar de congraciarnos
con un posible futuro gobernante para conseguir "una ventaja
personal". Votar es hacer y construir nuestra propia historia argentina y
riojana. Es poner el hombro para que como pueblos no se nos considere solamente
en las urnas sino en el gran protagonista y actor de la reconstrucción de la
Patria y La Rioja, en nuestro caso. Es para eliminar las causas que engendran
injusticias, miserias, odio, éxodos obligatorios. Es para eliminar las causas
que ocasionan niños desnutridos, hogares en permanente inseguridad por el pan
de cada día, una concepción de la enseñanza que engaña a hombres insatisfechos,
resignados, frustrados, desorientados en los interrogantes más fundamentales de
la vida. Es para que se multipliquen las fuentes de trabajo, para que no
tengamos tanta manos "ociosas" sin saber en que emplearlas. Es para
que en Argentina, no siga siendo más importante "el tener más" sino
el "ser más". Es para que haya una Argentina y una Rioja nueva para
todos.
ACTITUD CRÍTICA
Por eso nuestra responsabilidad de
votar no se acaba en las urnas, ni en haber conseguido que "mi
candidato", y "mi partido" salgan triunfantes.
Hecha la opinión por un determinado
partido y por determinados candidatos, comienza la gran responsabilidad de
asumir una actitud crítica constructiva, pero clara, y muchas veces
"valiente", cuando quienes asumen la grave y difícil responsabilidad
de gobernar, dejan de ser servidores del crecimiento integral del pueblo, y
usan el poder para conseguir intereses personales o de grupos privilegiados. El
voto da la capacidad, el derecho y las obligaciones de ser vigías y custodios,
para que el gran protagonista, que es el pueblo, no sea "marginado".
Votar, por tanto, exige asumir una
gran responsabilidad ante la propia consciencia, ante la comunidad y ante la
historia.
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