La
Bocona - La comunidad del pueblo de Chuquis pide desde hace años el
alumbrado público de su vía de ingreso. La alegría del reciente anuncio de
confirmación de la obra, se vio opacada
por una pelea entre funcionarios que se disputan la gestión de la misma. El
intendente Del Moral y el Director de Asuntos del Interior del Ministerio de
Desarrollo Social, Marcelo Menem, polemizaron por los medios para ver a quién
le corresponde el mérito de poner las luces, olvidando que, cuando se trata de
obras para el pueblo, poco importan el protagonismo, la mezquindad y el rédito
personal. El prócer de la Independencia, Pedro Ignacio de Castro Barros, mira
petrificado desde su busto en la oscuridad.
En una esquina, Marcelo Menem
anunció por El independiente que la gente de la unión vecinal de Chuquis le
acercó la inquietud de iluminar el camino de entrada al pueblo y él, con mucha
predisposición armó el proyecto y se lo entregó al gobernador. Según Menem el
proyecto fue elaborado por el área de Electrificación Rural del EUCOP, a cargo
del ingeniero Carlos Fernández. El
anuncio incluyó también la iluminación de la gruta de la virgen. El funcionario
provincial termina arguyendo que es un pedido que hace diez años que no tiene
respuesta.
En la otra esquina, Del Moral, a
quien no le gustan los golpes bajos, acudió a los réferis de la pelea y remató
con un contragolpe diciendo que la iniciativa es fruto de la senadora Hilda
Aguirre de Soria, del ministro de Infraestructura Néstor Bossetti y de él
mismo. Y como si fuera poco las 8 luminarias prometidas por Menem subió la
apuesta diciendo que la obra consta de 34 luminarias, más dos reflectores” y
anunció que junto a Soria y Bosseti, se “están realizando gestiones para
iluminar las entradas a Los Molinos, Anjullón y San Pedro”.
Por lo menos no es una bomba de
humo ya que, sea quien sea el padre de la criatura, la obra está en marcha.
Pero la actitud de las dos personas involucradas nos permite reflexionar acerca
de las mezquindades de funcionarios que, como si no hubiera obras para hacer,
se pelean para figurar en la misma, dejando de rehén político a los chuqueños
que son los que realmente necesitan que su camino de ingreso salga de la
penumbra.
Qué diría el honorable
chuqueño Pedro Ignacio de Castro Barros a quien su humildad no le permitió
corromperse por inútiles ansias de fama, entregando todo por la patria y a
quien hoy, la historia reconoce en su verdadera justeza. Fundar una escuela,
ser rector de la Universidad de Córdoba, diputado al Congreso de Tucumán,
seguramente son acciones mucho más valorables que instalar una hilera de focos,
pero nuestros funcionarios parecen empecinados en equivocar el camino,
iluminado por el mismo, de Castro Barros.
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